INTERNET

El nuevo copyright digital: Ganan creadores y editores, pierden Google y activistas de internet

La nueva directiva cambiará las reglas básicas y obligará a las plataformas digitales a instalar filtros

El Famoso Articulo 13

El punto más polémico son los filtros de contenido. Es el yafamoso artículo 13 de la directiva, aunque en realidad, en la redacción finalha pasado a ser el 17, que obliga a las plataformas digitales a instalar filtrospara asegurarse que el material que sus usuarios suben a la red dispone dederecho de autor. Es decir, son las plataformas las responsables legales deeste contenido y por tanto son ellas las que tienen que gestionar los derechos.Hasta el momento, su única obligación es retirar contenido a posteriori, apetición del propietario de los derechos, pero no de forma preventiva.

La directiva no mencionaespecíficamente la instalación de filtros, pero en la práctica se ve como laúnica fórmula para poder establecer esta supervisión previa a la publicacióndel material. “Es un día negro para Internet”, ha dicho la diputada del partidoPirata alemán, Julia Reda, destacada opositora a esta norma. Los críticosconsideran que colocar como guardián a un algoritmo conlleva problemastécnicos, porque tienden a dar falsos positivos y a frenar la subida dematerial que sí está autorizado, y además que supondrá unos costes que sólopodrán sufragar las grandes empresas.

Pagar para Compartir

Además, en la redacción final de la norma, se ha restringidodrásticamente las excepciones, lo que puede perjudicar a las empresas pequeñas,a las starups Sólo no quedan obligadas a aplicar estos filtros algorítmicos lasempresas que cumplan tres condiciones: tener menos de 3 años, una cifra denegocios inferiores a los 10 millones de euros anuales, y no llegar a los 5millones de visitantes únicos mensuales.

Para el ponente de ladirectiva, el popular alemán Axel Voss, esta directiva “es un paso importantepara corregir una situación que ha permitido a unas pocas compañías ganarenormes sumas de dinero sin compensar adecuadamente a los miles de creativos yperiodistas de cuyo trabajo dependen”. Es la línea argumental de los defensoresde la norma. Consideran que en la actualidad, las plataformas digitales, al noser consideradas responsables legales del contenido subido por sus usuarios,tienen pocos incentivos para llegar a acuerdos con los titulares de losderechos. Ahora, esto cambiará radicalmente.

Otro elemento polémico de la norma es la obligación de remunerar porcompartir fragmentos de artículos periodísticos. Una fórmula pensada para quelos editores reciban un pago por la utilización de sus productos por websagregadores de información como Google News o redes sociales, como Facebook. Sepermiten los enlaces, pero con un resumen muy escueto de los contenidos. En unaredacción muy ambigua, se autorizan “palabras sueltas o extractos muy breves”.Una norma parecida se aplicó en España y llevó a Google News a cerrar suservicio en el país.

Fuente: lavanguardia

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